Creo que la mayoría no podría comprender exactamente todo lo que sucedía tras bastidores para uno de los grupos mexicanos más importantes de toda una generación. Y es que, si bien parece que los integrantes de «Rebelde» se llevan mejor que nunca, aparentemente no todo fue miel sobre hojuelas. Como seguramente saben, «Rebelde» fue una telenovela transmitida por Televisa que dio pie a que el grupo principal de actores también conformaran un grupo musical, del mismo nombre, que los volvió internacionalmente famosos, tanto por sus relaciones amorosas, como por su voz y espectáculo.
Décadas después, cada uno de los integrantes tomó caminos por separado y ha estado formando una vida por cuenta propia. Maite Perroni se enfocó en una carrera en la televisión, Dulce María prefirió darle prioridad a su familia, mientras que Anahí se volvió la esposa de un político importante en Chiapas, dándose un break de la industria del entretenimiento. Christian Chávez y Christopher Uckerman, aunque no desaparecieron de la farándula, definitivamente tuvieron sus propios problemas personales que no les permitieron impulsar su carrera, pero fue Poncho Herrera quien destacó de todos ellos al destacar por su talento actoral en producciones de Hollywood. De hecho, el actor es uno de los pocos integrantes que dejó su etapa de «Rebelde» muy atrás, y nadie le tomó gran importancia que así lo decidiera. Sin embargo, cuando se anunció el regreso de la banda y una gira internacional, su ausencia se hizo muy presente, originando múltiples dudas al respecto.
Desde entonces, el actor no ha querido hablar sobre su regreso a «Rebelde»; pero ahora que está haciendo trabajo de prensa para su más reciente película, «¡Que Viva México!», de Luis Estrada, recordó en una entrevista que pese a la popularidad de su telenovela y agrupación, no fue remunerado lo suficiente. De hecho, Poncho reveló que él y sus compañeros de trabajo fueron los que pagaron el precio del éxito de RBD por una cantidad de dinero casi insignificante: «Firmamos un contrato en el que cedimos los derechos del personaje, la imagen del personaje y todo lo que se explotó en temas de merchandising, nosotros no vimos ni un solo peso. Tenía 23 ó 24 años y veía la cara de mis compañeros y mi cara en todos los aparadores vendiendo galletas, chicles, jugos, cuadernos, tenis, lápices y nada. La televisora dueña de este proyecto no fue justa y no es un tema de dinero, vuelvo a decirlo, tiene que ver con un tema de trabajo, de que hicimos un Coliseo de Los Ángeles con 63 mil personas, por ejemplo, y a mí me pagaron 18 mil pesos por aquello», recordó.







