Isabella Castillo salió de Cuba siendo muy pequeña y junto a su familia comenzó una nueva etapa en Miami. El talento lo tenía heredado al ser hija de la cantante Delia Díaz, así como del músico José Castillo, por tal razón no extrañó que desde los cinco años mostrara interés por las artes. Hoy, a sus 28 años, es uno de los rostros latinos que ha dejado huella tanto en el ámbito musical como en producciones como Grachi, El recluso, Malverde: El santo patrón y El señor de los sueños. Para esta cubana, a quien se le ve junto al mexicano Alan Estrada en la versión fílmica de La usurpadora, el ser una latina que va conquistando el mercado de Estados Unidos es muestra de que lo latino está en todos lados.
Me siento muy orgullosa, la verdad, siento que debería de haber más representantes todavía y siento que esto es sólo el comienzo. Se hablan de muchos temas hoy en día, hay muchas controversias sobre los latinos, sin embargo, la mitad del país (Estados Unidos) somos latinoamericanos, nada más que muchos no cuentan porque muchos son indocumentados, pero la realidad es que es una comunidad que mueve la economía, que estudia, que trabaja, que aporta mucho y de la cual no se habla suficiente. Yo creo que debería haber más representación de lo latino en Estados Unidos y por eso también me siento muy orgullosa de esta película por todo lo que mostramos, pues es una película multicultural, en spanglish y sé que los que estamos acá nos veremos reflejados”, contó en entrevista con Excélsior Isabella Castillo.
Fue poco antes de la pandemia que Isabella Castillo fue elegida para protagonizar por partida doble La usurpadora, cinta dirigida por Santiago Limón que está inspirada en la telenovela La usurpadora, misma que hace 25 años fue protagonizada por Gabriela Spanic, quien curiosamente tiene un cameo en esta nueva versión.
La usurpadora, que se estrena esta semana, se vale de números musicales para contar la historia de Victoria (Castillo), una mujer sin escrúpulos que al estar fastidiada de su aburrido marido millonario (Estrada) contrata a Valeria (Castillo), quien es físicamente igual a ella, pero más humana y de buen corazón, para que ocupe su lugar y que ella pueda disfrutar de unos días con su amante.
A nivel de comodidad me sentí mejor con Valeria porque ella se parece más a mí, sin embargo, Victoria me sacó de mi zona de confort, pero me divirtió más hacerla, pues quema cosas, explota, es simplemente una tóxica y con ella pude hacer todo lo que no soy. El grado de dificultad creo que nunca lo calculé, pensé que iba a ser muy bonito, hasta que empezamos a grabar porque cuando estás enfrentándote a un monstruo que es una producción entera que te dice que todo está en tus manos, todo eso es mucha responsabilidad, ya que la hora de salida de todo el equipo depende de ti, de tu memoria, de tu estado de ánimo”, comentó la también cantante para después sincerarse en algo que no había contado.
Cambiar de un personaje a otro nos llevaba mucho tiempo y todo era hacerlo bien rápido, era el estrés de quitarte las uñas, lavarte el cabello, alaciarte, cambiarte el maquillaje. Y sólo te estoy hablando de lo físico, después era el nivel emocional, donde tenía que cambiar varias veces, a lo largo de 16 horas, para entrar de una a otra y claro que tuve quiebres en secreto y lloré escondida en mi camper, sin embargo, valió la pena”, confesó Isabella Castillo.







