
Símbolo de fortaleza y sensibilidad es la mujer en la danza, una representación que para Elisa Carrillo, coincide con la imagen que se tiene de ella en la vida real.
“En la danza está muy bien representado que una mujer es fuerte, en todos los grandes ballets las mujeres son heroínas. Nos cargan por los cielos y nos ayudan a poder brillar. Le damos esa parte de la belleza y de la suavidad, pero también de fuerza a todo lo que hacemos”, comentó Elisa Carillo en entrevista.
“La mujer en el ballet es un gran ejemplo de lo que somos, capaces, fuertes, sensibles, podemos dar amor y fuerza al mundo”, agregó Carillo, quien actualmente es Primera Ballerina en el Staatsballett Berlin, una de las compañías más reconocidas del mundo, así como Embajadora de la Cultura en México y Codirectora artística de la Compañía Nacional de Danza y miembro del Consejo Internacional de Danza de la UNESCO.
“Para mí ser mujer es algo maravilloso, tener la oportunidad de ser una madre, de ser profesionista. Es algo bello, me siento feliz y orgullosa de serlo, de tener la capacidad de amar, de poder dar vida, que es algo muy especial para las mujeres. También dar amor y fuerza a nuestra familia”, dijo Elisa Carrillo, desde Berlín, Alemania.
Elisa Carrillo es la primera bailarina latinoamericana en haber ganado los tres premios más importantes de danza: Danse’s Prix Benois, Russia’s Soul of Dance y St. Petersburg’s Festival Dance Open.
“Fueron muy significativos en mi carrera. Cada uno ha llegado en un momento especial, a motivarme, a darme fuerza, a saber que el trabajo y esfuerzo ha valido la pena. No por el premio, sino por el significado de que uno va rompiendo barreras, va hacia adelante, volviéndose más fuerte”, mencionó.
El surgimiento de una estrella
La visión de sus padres fue clave para que Elisa se acercara a la danza, en conjunto con la curiosidad de su infancia. “Me encantaba expresarme, inventar cosas como actuar o hacer cosas enfrente de mis papás. Había una escuela de ballet cerca de mi casa y pensaron que me podía gustar”, contó.
Aptitudes, talento nato y disciplina se juntaron para iniciar un camino serio, que tuvo como primer paso hacer el examen de admisión para la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBA, estudios que en el futuro serían ampliados en The English National Ballet School, donde la bailarina se enfrentó con otro lugar, idioma y tradiciones.
“Fue una oportunidad para hacer una carrera. Llegando a otro país comienza una etapa muy difícil, todavía era una niña. Tenía que empezar a trabajar mucho yo sola para poder sobresalir. Al principio no lo entendía, lo que quería era volar, bailar en un escenario de Europa, hasta que llegué me di cuenta de todo lo que se estaba presentando”, comentó Elisa Carrillo.
A través de ese paso por la escuela inglesa, el talento de Elisa Carrillo fue descubierto por el Director del Ballet de Stuttgart, con quien firmó un contrato, que sería parte de la carrera que hoy ostenta la bailarina. “Fue una etapa muy bella, no fue nada fácil, pero yo quería bailar en Europa”.







