‘El libro de piedra’: 55 años de terror grabado en la psique mexicana

El pasado 18 de julio se cumplieron 55 años del estreno en México de una película que marcó un antes y un después en la historia del cine de terror nacional y que a la fecha causa angustia a los que la ven por primera vez: El libro de piedra (1968) del artesano director Carlos Enrique Taboada.
EL JARDÍN DE ESTA CASA NO ES SEGURO POR LAS NOCHES
Una de las características del cine de terror mexicano desde sus inicios con películas como La Llorona (1933) de Ramón Peón o El Fantasma del Convento (1934) de Fernando de Fuentes, es la narrativa de suspenso llevado al extremo; donde lo que se supone viene a continuación para mostrarnos el objeto de la tensión no aparece y por si esto fuera poco, tampoco hay el sobresalto esperado acompañado de un sonido estridente para obligarte a espantarte.
No, el cine mexicano de horror no tenía estas características del recurso del susto burdo, impositivo y previsible. Por el contrario, siempre hizo gala de mantener al espectador en un miedo netamente primitivo contenido al límite.
Y en esto, Don Carlos era un Maestro.
SU MISIÓN ES GUARDAR ESE LIBRO
La maestría de Don Carlos es evidente en la manufactura y creación de las atmósferas lúgubres incluso a plena luz del día, así como de las situaciones inquietantes y del sutil manejo de la “obscuridad en el rincón” donde nunca sabes lo que se esconde en las sombras ni que va a salir lentamente de ahí a la par de los precisos “giros de tuerca” como el accidente de Carlos en la carretera o el inolvidable final de esta película.