Harris noquea a Trump que aburre con sus mentiras y propone un nuevo liderazgo
Kamala Harris superó con creces la prueba de fuego, la más importante de su carrera política y la que podría ser decisiva para convencer a los indecisos de los siete estados clave y que se convierta en la primera mujer que gana las elecciones presidenciales de la historia de EU.
El primero y único debate presidencial, antes de las elecciones del 5 de noviembre, mostró a Donald Trump a la defensiva, frente a su rival demócrata, que fue ganando confianza a medida que pasaban los minutos y veía cómo lograba acorralar al expresidente con las mismas mentiras e insultos de siempre, sin aportar nada nuevo.
El tenso cara a cara, marcado por descalificaciones personales, era una cita decisiva para convencer a los indecisos, el 8% del electorado. Desde el plató de ABC News en Filadelfia, se sucedieron los ataques mutuos sobre la economía, la principal preocupación de los estadounidenses, la inmigración, la política exterior y el aborto.
A falta de que se pronuncien las encuestas, la impresión es que Harris, pese a ser novata, ha mostrado una madurez y un liderazgo del que careció Trump, pese a que suma ya siete debates presidenciales.
“Usted no se enfrenta a Biden, se enfrenta a mí”
Uno de los puntos novedosos del discurso de Harris fue dejar claro que ella no es Biden y que tiene su propio programa progresista, en un claro intento de convencer a los millones de indecisos que desconfían de Trump, pero que no se acababan de creer que la vicepresidenta de EU no es simplemente una réplica de Biden con muchos años menos.
“Usted no se enfrenta a Biden, se enfrenta a mí”, le espetó Harris a Trump, quien pareció lamentar haber sido tan cruel con el octogenario presidente Biden en el debate de hace dos meses, porque, de no haber renunciado, la victoria sería casi un hecho para el republicano.
Harris se tardó en recordar en el debate que ella era una exfiscal y el un delincuente, pero cuando lo dijo no paró de repetirlo, aunque la candidata demócrata prefirió atacarlo por otro de los puntos más polémicos del expresidente: su ataque al derecho de las mujeres al aborto, su negación al cambio climático y su racismo, que le lleva de manera enfermiza a identificar a los inmigrantes latinos con criminales.
“Los inmigrantes comen perros y gatos”
El colmo del delirio antiinmigrante de Trump llegó cuando acusó a los inmigrantes que cruzan la frontera sur de comerse los perros y los gatos de los ciudadanos que viven en las ciudades fronterizas, ante una atónita Harris.
«Muchas ciudades no quieren hablar de ello porque les da vergüenza. En Springfield se están comiendo a los perros la gente que vino, se están comiendo a los gatos, se están comiendo a las mascotas de la gente que vive allí y esto es lo que está pasando en nuestro país y es una vergüenza», apuntó el expresidente haciéndose eco de una retórica racista.
