Para lograr una alimentación saludable en niñas y niños, los cambios en la dieta deben realizarse de forma paulatina, ya que las modificaciones drásticas suelen provocar rechazo, advirtió Vianey Félix, nutrióloga del Distrito II Juárez del Gobierno del Estado.
La especialista explicó que es fundamental que la familia participe en este proceso, fomentando el consumo de alimentos naturales y regionales, mientras se reduce gradualmente la compra de productos ultraprocesados. “Los cambios deben ser familiares y progresivos; de lo contrario, los menores no los aceptarán fácilmente”, señaló.
Félix hizo hincapié en la necesidad de identificar los productos poco saludables. “Todo alimento empaquetado que tenga más de dos o tres sellos de advertencia debe ser evitado o consumido con moderación”, alertó, refiriéndose al etiquetado frontal que advierte sobre excesos de azúcares, sodio y grasas saturadas.
La nutrióloga también recomendó que los padres impulsen la preparación de alimentos caseros, lo cual permite un mejor control sobre los ingredientes y porciones; además, subrayó la importancia de respetar los mecanismos de saciedad de los niños, evitando forzarlos a comer porciones equivalentes a las de un adulto.
“Muchas veces los padres quieren que los niños coman igual que ellos, pero los menores tienen una capacidad de ingesta menor, por eso es fundamental ajustar las porciones a su edad y necesidades”, indicó.
Dentro de la estrategia de vida saludable impulsada por el Gobierno del Estado, se establece que los alumnos deben acudir desayunados a la escuela, ya que el refrigerio durante el receso debe ser ligero. “La calidad y cantidad de ese alimento es muy importante para que los niños mantengan su energía y concentración”, apuntó Félix.Entre las opciones recomendadas para los refrigerios escolares, la especialista mencionó frutas y verduras frescas como pepino, jícama, zanahoria, así como yogurt sin azúcar añadida y palomitas naturales, todos ellos alimentos accesibles y nutritivos.
Finalmente, la nutrióloga reiteró que educar a los niños en hábitos alimenticios saludables no solo mejora su desarrollo físico, sino que también previene enfermedades a largo plazo, por lo que hizo un llamado a madres, padres y cuidadores a involucrarse activamente en este proceso desde el hogar.







