El cambio climático, junto con la alta movilidad de nuestra sociedad global, ha impulsado la rápida expansión de especies más allá de su hábitat natural. Entre ellas, destacan ciertas garrapatas transmisoras del llamado síndrome de alfa-gal (AGS), un extraño tipo de alergia a las carnes rojas —y en algunos casos a lácteos o productos derivados de mamíferos— que ya ha llegado a Texas y podría, en el futuro, alcanzar territorios como Chihuahua.
¿Qué es el síndrome de alfa-gal y cómo se origina?
El AGS es una alergia inusual vinculada a una molécula llamada galactosa-α-1,3-galactosa (alpha-gal), presente en la carne de mamíferos no primates. Esta alergia se produce cuando ciertas garrapatas inoculan alpha-gal a una persona al morderla, desencadenando una respuesta del sistema inmunológico que puede manifestarse entre 2 y 6 horas después de consumir productos como carne de res, cerdo o cordero, e incluso lácteos o gelatinas en algunos casos.
Expansión en UE
Originalmente asociada a la garrapata Lone Star (Amblyomma americanum), actualmente se ha observado que también podrían estar involucradas otras especies como la garrapata de patas negras (Ixodes scapularis) y la garrapata negra occidental, lo que aumenta las zonas de riesgo.
La presencia de garrapatas relacionadas con esta enfermedad ya ha sido detectada en Texas, generando alerta ante la posibilidad de que la enfermedad pueda extenderse hacia regiones fronterizas como Chihuahua. Este escenario se agrava por el clima favorable al establecimiento de garrapatas, la migración de fauna y humanos.
Fuertes síntomas
Los síntomas son variados, desde erupciones cutáneas y problemas gastrointestinales hasta reacciones severas como anafilaxia (la cual es una reacción alérgica grave, rápida y potencialmente mortal que afecta a todo el cuerpo), habitualmente entre 2 y 6 horas después de la ingesta de alimentos con alpha-gal.
El diagnóstico se realiza mediante pruebas específicas y la historia clínica, aunque suele tardar en ser identificada debido a la naturaleza retardada de los síntomas.Actualmente, no hay cura; la principal estrategia es evitar productos de mamíferos, especialmente carnes rojas, y solicitar tratamiento de emergencia en caso de anafilaxia (antihistamínicos, epinefrina). Estudios indican que si se evitan nuevas picaduras, los efectos pueden disminuir con el tiempo (entre 8 meses y hasta 5 años), permitiendo una posible tolerancia gradual.
El síndrome de alfa-gal representa una amenaza emergente de salud pública en América del Norte: se está expandiendo rápidamente, tiene síntomas potencialmente letales y su diagnóstico sigue siendo dándole problemas a los médico. Ante la evidencia de su aparición en Texas, es imperativo que en México y en especial en Chihuahua se implementen estrategias de vigilancia, prevención y educación para evitar una posible llegada de esta misteriosa alergia.







