El otoño tiene su propio lenguaje que se escribe con texturas que recuerdan el susurro del viento, la lluvia o el caer de las hojas. Nada se equipara a la cálida sensación de una chamarra en tus hombros.
Y es que es el momento de sacar del armario las de antaño, o comprar, estas prendas que regresan cíclicamente, pero mejoradas con avances técnicos.Estas chaquetas son símbolos de carácter, estilo y denotan una sensualidad contenida, sobre todo si se lucen en tonos como el café chocolate, el beige, el borgoña, el mostaza y el verde pasto hasta llegar el rojo fuego… una gama que puedes encontrar en los bosques otoñales.A continuación, te mostramos las más deseadas y que se han mantenido por décadas.
Materiales
Piel el poder de un clásicoRecuerdan a James Dean y a Marlon Brando con sus estilos de motociclista, pero también hay modelos que apuestan por una elegancia relajada y sofisticada basada en el ‘lujo silencioso’. Se definen como un expresso doble: intenso, duradero y sin necesidad de adornos. Ya sea en pieles naturales o desgastadas, cortas o largas.Ante tersura que conquistaSe compara a una caricia que contrasta con la fuerza de la piel. Es una versión más sofisticada del mismo deseo de vestirse bien a través de este cuero exterior curtido, generalmente de cabras o terneras, que se caracteriza por una superficie suave y mate. Su textura es capaz de transformar cualquier look cotidiano en algo excepcional.Gamuza de lo casual a lo formalPrima hermana del ante, ya que se obtiene lijando la parte interior de la piel, pero conlleva la idea de que es más sport. Es ideal para los que aman la elegancia sin rigidez, por su caída suave y aire vintage que trae buenos recuerdos.Combina con trajes ligeros y bufandas de seda pero también con jeans y botas. Se ha visto en camel o vino tinto.
Cómo cuidarlas
Algunos tips para mantenerlas en perfecto estado:
- Para las de piel, usa un paño húmedo, no mojado, con un poco de jabón neutro o crema especial.
- Para las de ante y gamuza, usa un cepillo suave o una goma especial para quitarles el polvo.
- Rocía con un spray para protegerlas e impermeabilizarlas.
- Si se mojan, déjalas secar al aire, lejos del sol, radiadores o secadoras ya que el calor directo las endurece.
- Una vez cada dos o tres meses, hidrátalas con bálsamos o cremas especiales.
- Nunca las encierres en bolsas plásticas. Prefiere fundas de tela o algodón.
- Cuélgalas en ganchos firmes y anchos para que no se deformen.
- Evita rociarlas con perfumes directamente, se pueden manchar.






