Nairo Quintana se encuentra sin equipo y desde hace unos días se conoció que su idea es viajar a Europa en busca de un contrato para la temporada del 2023.

El ciclista boyacense arrastra las consecuencias de la descalificación del pasado Tour de Francia porque en dos de sus análisis se le encontró la sustancia tramadol, prohibida por la Unión Ciclista Internacional (UCI) en competencia.

Desde que se presentó el caso, Nairo no ha estado tranquilo. Los equipos en Europa le cerraron las puertas y en este momento no tiene un contrato que lo ligue con un grupo para el 2023.

¿Algún cambio?

Quintana se asesoró de varios abogados y apeló al Tribunal de Arbitramento del Deporte (TAS) la decisión de la UCI, pero el ente desestimó el recurso y confirmó la decisión.

En enero pasado, EL TIEMPO consultó a Roger Legeay, presidente del Movimiento por el Ciclismo Creíble (MPCC), sobre la actualidad del corredor colombiano.

Legeay fue enfático en afirmar que no había ningún veto: “No hay que invertir las responsabilidades, fue Nairo Quintana quien no respetó las normas internacionales y por ello fue condenado por la UCI y confirmado por el TAS”.

Allegados al corredor advirtieron que la idea es que el mismo Quintana pusiera la cara y se reuniera con los responsables de los dos entres ciclísticos con el fin de aclarar su panorama.